Una vaca europea está subvencionada con dos euros diarios mientras el cincuenta por ciento de la humanidad subsiste con menos de un euro al día. En este mundo es mejor ser una ternera gallega o una vaca holandesa que un humano bengalí o una ruandesa. También es mejor ser una moto de alta competición. La moto de la fotografía tuvo la suerte de no nacer en Sierra Leona. Nació en Japón, en un parto asistido por tres mil ingenieros que costó un millón y medio de euros. De ahí que esté permanentemente controlada por veinticinco personas todos los días de su vida. En la imagen podemos ver a dos médicos de motos que le miden sus constantes vitales tras una prueba de esfuerzo. Le están tomando la presión y la temperatura. Con asepsia, con dulzura, con los últimos avances tecnológicos puestos a su disposición en una operación que se repetirá a lo largo de su existencia cada vez que salga a dar un paseo o a echar unas carreras. Uno de los médicos registra los datos que luego procesará en un ordenador y prescribirá cuántos octanos, cuántos millones, cuánta propaganda más le harán falta para su mejoría. Luego la abrigarán, le harán un chequeo en profundidad y la trasladarán entre algodones hasta un garaje hospitalario de lujo.
La historia y el azar genético hicieron que estos hombres no nacieran en Japón. Nacieron en una tierra invisible salvo cuando los titulares periodísticos la convierten en un peligro. Entonces los titulares los ponen en su sitio y en el mapa. Son africanos que llegaron a Canarias en un precario barco, atravesando un trozo de océano que esconde en sus fondos cientos de sueños tan invisibles como sus orígenes. Exhaustos quedaron en la arena de Maspalomas y, como no son motos ni venían patrocinados por una multinacional, tardaron seis horas en prestarles asistencia médica. Luego alguien llamó al camión de la basura y elevaron el volquete para recoger los despojos del sistema. Al menos alguien tuvo la delicadeza profiláctica de agenciarles unas mascarillas para evitar que se contagiaran de nuestro miedo, de nuestra miseria, de nuestra ignorancia y de nuestra estupidez.
http://lapejiguera.blogspot.com.es/