Canarias constituye una excepción dentro del marco general de la Transición en el Estado español debido a la reaparición de la “cuestión colonial” como problema incluido en el programa de la práctica totalidad de las organizaciones políticas de la izquierda radical en el Archipiélago, tanto para negarlo o soslayarlo, como para convertirlo en la “cuestión canaria” por excelencia. La influencia de la “cuestión colonial” en las movilizaciones de masas es evidente, así como en la creación de nuevos partidos, sindicatos, organizaciones feministas, movimientos sociales (asociaciones de vecinos, asociaciones culturales y deportivas), frentes y coaliciones electorales (ver artículo sobre las organizaciones de la izquierda radical en Canarias durante el Tardo-Franquismo y la Transición: https://gisas.webs.ull.es/archivos/0096.pdf).
Pudiera parecer que las organizaciones de la izquierda radical de las Islas se encontraran solas en la defensa de la autodeterminación e independencia de Canarias. Sin embargo, casualidad del investigador, nos hemos encontrado un documento que pone de manifiesto que en otros lugares del Estado hubo organizaciones que defendieron este derecho no sólo en las palabras sino también en los hechos. Vemos a continuación un cartel en el que el Partido Comunista de España (internacional) Línea Proletaria, seguidores del Pensamiento Mao Tse-Tung, ya que todavía en aquellos momentos aún el maoísmo no era aceptado como tercera etapa del marxismo, convocaban a una manifestación (en algún momento entre los años 1976 y 1978) en la plaza San Jaume de Barcelona en apoyo a la independencia de la última colonia de la monarquía española:
Veamos algo de la historia de esta organización para comprender por qué la misma entendió el problema colonial de Canarias desde Cataluña y el resto del Estado español.
Las organizaciones maoístas tuvieron una escasa importancia durante los años 60 y 70 en Canarias. Los grupúsculos que surgieron en esos momentos en el archipiélago fueron influenciados principalmente por los partidos que estaban en el exilio, sobre todo de Europa. Solo a partir de los años 80 adquieren en Canarias alguna significación, pero aún con escasa importancia frente al resto del Estado español. Aunque la investigación histórica necesita de nuevos aportes, podemos decir al día de hoy que, con modelos organizativos propios, es decir, sin conexión con el exterior, el maoísmo canario con organizaciones propias solo se articuló fruto de la descomposición de Unión del Pueblo Canario (UPC), así como de los partidos independentistas más cercanos al comunismo. Estamos hablando de una escasa importancia política en el archipiélago, pues las referencias recogidas acerca de agrupaciones como el PCE (m-l) y el FRAP son muy escasas; y aquellas que hacían relación a la ORT, al MC o al PTE en la mayoría de las ocasiones provenían de fuera. De otras organizaciones como la OMLE, que con posterioridad se transformaría en el PCE (r) y su brazo armado los GRAPO, hay algunas referencias, hubo alguna militancia, pero muy puntuales en el conjunto del archipiélago y siempre fuera de Canarias.
De todas estas organizaciones en el Estado español, salvo el PCE (r) y su brazo armado los GRAPO, las demás cayeron en el cretinismo parlamentario, es decir, en la vía electoralista. Al presentarse a las elecciones con el inicio del periodo democrático, a partir de los diferentes frentes, organizaciones y coaliciones, terminaron disolviéndose y liquidándose a partir de los años 80. Fueron derrotadas y liquidadas. El propio PCE (r), tras la muerte de Mao Tsé Tung y con la interrupción de la Revolución Cultural por el revisionismo en China, abandonaría a lo largo de los años siguientes el camino promulgado por los maoístas.
Pero, a medida que avanzan las investigaciones, vamos descubriendo nuevos partidos maoístas de menor relevancia que los citados más arriba, pero de indudable valor ideológico y político. Es el caso del PCE (internacional) Línea Proletaria1 que nos ocupa.
Creado en 1975, la influencia del PCE (internacional) en las calles de Barcelona era notable debido a los enfrentamientos producidos en sus manifestaciones contra los antidisturbios. Su estela declina a partir de la muerte por un disparo del militante Gustavo Muñoz, acaecida en 1978 tras un enfrentamiento con la policía en el transcurso de una manifestación; los hechos y la responsabilidad de esa muerte nunca han sido aclarados.
Tras del fallecimiento de Gustau Muñoz2, y seguramente debido a la actuación orquestada por el Ministerio de Gobernación comandado por el asesino Martín Villa, el PCE(i) fue desapareciendo por la detención de la mayoría de sus militantes y la desarticulación de la mayoría de sus miembros, que fueron condenados a largas penas de prisión sin motivo concreto. Su ideario político e ideológico era muy peligroso tanto para la reacción como para el revisionismo comunista, incluido el revisionismo de las organizaciones maoístas. Ejemplo es esta viñeta creada por el PCE (internacional) en la que explica visualmente el pacto que se estaba organizando entre la burguesía y el revisionismo para dar continuidad al estado fascista de Franco con el Estado fascista de la monarquía borbónica:
En un documento del comité central del PCE(i) Línea Proletaria del 11 de septiembre de 1976 se expone la línea política del Partido en relación a la cuestión nacional y colonial en el Estado Español:
La correcta línea marxista-leninista maoísta en relación a la cuestión nacional en Cataluña se expresa claramente en este documento cuando dice:
“La pequeña burguesía catalana, y particularmente ciertas capas de su intelectualidad les han sido, y siguen siendo, el principal soporte social de ese nacionalismo maniobrero y de vía estrecha que cultiva y practica la burguesía catalana
La burguesía catalana ha pisoteado una y mil veces el problema nacional de Cataluña burlándose despiadada y cínicamente de las justas aspiraciones de los derechos nacionales del pueblo catalán.
No podemos dejar que la burguesía catalana a través de la influencia de la pequeña burguesía en algunos sectores de la clase obrera y del campesinado pobre arrastre a estas fuerzas hacia posiciones burguesas pseudonacionalistas y de conciliación de clases. El proletariado revolucionario no puede permitir que una vez más se pisoteen las justas
aspiraciones nacionales del pueblo de Cataluña y se juega ignominiosamente con ellas para pactar con la monarquía borbónica y fascistas. Tampoco podemos permanecer cruzados de brazo ante la siniestra maniobra de la burguesía catalana que manipulando el problema nacional pretende marginar política y culturalmente a la inmensa mayoría del proletariado de Cataluña formado por emigrantes. Y sobre todo hemos de tener siempre presente que el proletariado revolucionario no puede liberarse sin liberar al mismo tiempo a todos los oprimidos, y que el deber del proletariado de la nación opresora es apoyar consecuentemente la lucha de liberación de los pueblos y nacionalidades oprimidos por el Estado de aquella nación dominante.
Si la autonomía que propugnan la burguesía y sus lacayos tiende a reforzar el Estado español de la burguesía, en cambio el objetivo que se propone la lucha del proletariado revolucionario de las masas pobres de la ciudad y el campo es por el contrario la destrucción total y definitiva de ese Estado. No hay por tanto contradicción entre la revolución proletaria y la lucha de liberación de los pueblos y nacionalidades oprimidas por el Estado español de la burguesía, Al contrario, ambos combates se complementan y se interrelacionan reforzando aún más la corriente irresistible de la revolución proletaria y asegurando las condiciones revolucionarias idóneas para que los pueblos oprimidos de esas nacionalidades, y en este caso el de Cataluña, puedan alcanzar la libertad y decidir libremente de su destino.
El proletariado revolucionario debe tomar con firmeza en sus manos la causa nacional y popular de la liberación de Cataluña como parte integrante de su revolución socialista.
Esta estrategia que reforzará y ampliará las alianzas del proletariado en su revolución socialista exige como condición fundamental que el proletariado de Cataluña mantenga, desarrolle y fortalezca con lazos indisolubles su cohesión y unidad política y organizativa de clase con el resto del proletariado de España y de otras nacionalidades oprimidas por el Estado español de la burguesía a fin de asegurar el triunfo general y global de la revolución proletaria y la liberación de todas las nacionalidades oprimidas por ese Estado.”
Es en este texto con el que podemos entender el porqué de la manifestación organizada por el PCE(i) Línea Proletaria en Cataluña en apoyo de la autodeterminación e independencia de Canarias.
Claro estaba en aquellos turbulentos años. La represión del Estado español y la delación del revisionismo acabaron físicamente con el PCE(internacional) Línea Proletaria. Hoy hay una nueva generación buscando ese camino que por fin haga realidad la frase que daba título al órgano de expresión del Batallón Canarias comandado por el comunista Guillermo Ascanio que defendió Madrid del asedio de las tropas fascistas durante la guerra civil (https://circascanio.wordpress.com/: nº 20 de La Brega): ¡CANARIAS LIBRE!
Grupo Espartaco
pies de página:
- 1 No confundir con el PCE(i) de finales de los años sesenta y principios de los setenta del que luego surgirá el revisionista PTE.
- 2 https://www.elnacional.cat/es/barcelona/gustau-munoz-placa-preservada-justicia- pendiente_698940_102.html: “Quizás hay que levantar la vista, pero pasando por la calle Ferran, a la altura del número 34, hay una placa de mármol que, a veces, está rodeada de ramos de flores. Se trata de una placa que recuerda que en este punto de la ciudad de Barcelona fue asesinado el joven militante independentista y comunista Gustau Muñoz el 11 de septiembre del año 1978, muerto a tiros de la policía española.
- Gustavo Adolfo Muñoz de Bustillo Gallego, más conocido como Gustau Muñoz, nació en Sevilla en 1962 y de pequeño se trasladó con toda la familia a Barcelona. Muy joven se integró en la Unió de Joves Marxistes- Leninistes (UJML), las juventudes del Partido Comunista de España (internacional) (PCE(i)), de tendencia maoísta e independentista, y aunque todavía era un adolescente vivió en primera línea las turbulencias del tardofranquismo. Ya antes del fatídico 11 de septiembre de 1978 había sido herido por una pelota de goma en una manifestación de apoyo al pueblo saharaui. En la Diada Nacional de 1978, Muñoz participó en una manifestación convocada por el PCE(i) bajo el lema ‘Fora les forces d’ocupació’.”